La casa de Alanis- Contado por El Comandante

La Casa de Alanis.

La famosa casa de Alanis era una casa señorial de pueblo, grande con un porche de entrada y una gran sala, a la derecha (la sala estrado ) esta casa se la habia dejado el bisabuelo a la tia Matilde, hermana del abuelo Emilio Guitart Sabona, por ser la única niña y soltera ( era más bien feilla); tenia un patio-huerta, en el que había bastantes árboles y un cagadedro, familiar, digo familiar porque tenia mas de un “ asiento,” me figuro que para poder “actuar” más de una persona cada vez.
No recuerdo, pues yo tenia siete años , si tenia una o dos plantas, lo que si tenia eran dos o tres niveles .Era una gran casa, quizas en aquella época la mejor del pueblo y siempre dijeron que tenía un tesoro escondido.
De hecho recuerdo que las paredes o más bien muros ,eran muy gruesos cosa que llamaba la atención, de cuantos la veian.
Yo pasé en la casa dos o tres meses, pues en aquella época viviamos en Ceuta (humeda y con mucho viento) por mor del destino de mi padre, militar, como era corriente en la familia, y yo tenia un ganglio en el pulmon, asi que el médico decidió que me convenia estar en un sitio seco y alto.
Nos fuimos con mamá los tres hermanos que eramos entonces, y alli pasamos una buena temporada, saneando mis maltrechos pulmones. Por eso tengo estos recuerdos.
De la casa podria contar cosas, pero no quiero alargar la cosa, solo deciros que con los años, siendo yo Alferez de Navio y destinado en el “Escaño” como Director de Tiro, tuve un telemetrista , el Cabo Francisco Pizarro Rocho, que era de Alanis y me preguntó si yo era pariente de doña Matilde, al decirle que si, me contó que la casa de tia Matilde la vendiero para hacer un nuevo edificio de varias plantas y que no se sabe porqué al albañil, que la derrumbó, el constructor, le regalo un chalet buenisimo, a la entrada del pueblo , decia el Cabo Pizarro, que se comentaba en el pueblo que era porque habia aparecido un tesoro y que como es natural no declararon. Este Cabo Pizarro fue ascendiendo hasta ser Alferez de Navio y casualidades de la vida, dueño de la primera casa que alquilo Alvaro, mi hijo, al ir destinado años más tarde a Cartagena.
Bueno por hoy no os cuento más, ya otro dia os contaré lo del aceite de los muertos y lo del baúl de San Rafael, que tiene su gracia y su tradición familiar, aunque a lo mejor sale alguno de los “mayores “ y me lo chafa.